El autor del blog, haciendo amigos en el desierto de Atacama (Chile). / I. M.“Nuestra naturaleza reside en el movimiento; la calma completa es la muerte". Ese pensamiento de Pascal, recogido por Bruce Chatwin en su libreta de apuntes incluida en Los trazos de la canción, resume el impulso que nos hace recorrer a pie 25 o 30 kilómetros diarios durante días, semanas o incluso meses. ¿Por qué? Hay pocas cosas comparables al gozo de la naturaleza en completa soledad, al viaje interior en comunión con uno mismo, las ampollas en los pies y los pajaritos.
01 Torres del Paine (Chile)
Una dramática orografía de picachos y torres de granito negro modela el parque nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Declarado en 1978 reserva de la biosfera, ocupa una superficie de 242.000 hectáreas en torno a la cordillera del Paine, y es el hábitat de especies como guanacos, ñandúes, zorros, cóndores, armadillos y pumas. En el interior del parque existen cientos de kilómetros de senderos marcados. El circuito de mayor longitud es el que rodea completamente el macizo montañoso siguiendo el curso del río Paine, para continuar luego junto al río Grey hasta las oficinas de la administración del parque entre bosques de ñires, turberas, lagos, cascadas y ventisqueros. El sendero discurre primero a media montaña, para ascender luego hasta los 1.350 metros. La ruta, de dificultad media-alta, se puede completar entre siete y diez días de caminata. Las posibilidades de acampada van desde refugios como el del lago Dickinson, que dispone de duchas de agua caliente, electricidad y la posibilidad de comer caliente, hasta una simple pradera donde plantar la tienda.
02 Huella Andina (Argentina)
El primer sendero de Gran Recorrido de Argentina es una ruta señalizada de más de 500 kilómetros entre Neuquén y Chubut que atraviesa cinco parques nacionales. En total, 24 etapas, de entre siete y 21 kilómetros, detalladas en una guía que se puede descargar en Internet.
Una dramática orografía de picachos y torres de granito negro modela el parque nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Declarado en 1978 reserva de la biosfera, ocupa una superficie de 242.000 hectáreas en torno a la cordillera del Paine, y es el hábitat de especies como guanacos, ñandúes, zorros, cóndores, armadillos y pumas. En el interior del parque existen cientos de kilómetros de senderos marcados. El circuito de mayor longitud es el que rodea completamente el macizo montañoso siguiendo el curso del río Paine, para continuar luego junto al río Grey hasta las oficinas de la administración del parque entre bosques de ñires, turberas, lagos, cascadas y ventisqueros. El sendero discurre primero a media montaña, para ascender luego hasta los 1.350 metros. La ruta, de dificultad media-alta, se puede completar entre siete y diez días de caminata. Las posibilidades de acampada van desde refugios como el del lago Dickinson, que dispone de duchas de agua caliente, electricidad y la posibilidad de comer caliente, hasta una simple pradera donde plantar la tienda.
02 Huella Andina (Argentina)
El primer sendero de Gran Recorrido de Argentina es una ruta señalizada de más de 500 kilómetros entre Neuquén y Chubut que atraviesa cinco parques nacionales. En total, 24 etapas, de entre siete y 21 kilómetros, detalladas en una guía que se puede descargar en Internet.
03 Cordillera Blanca (Perú)
La pirámide perfecta del Alpamayo (6.120 metros) y la cumbre nevada del Huascarán (6.768 metros), en la Cordillera Blanca (Perú), se suman a otras 23 cimas de más de 5.000 metros para dibujar algunos de los paisajes más espectaculares de los Andes. Huaraz, una población a más de 3.000 metros de altura, es la base de los trekings y expediciones por la zona.
Veneras y calabazas, dos simbolos del Camino de Santiango, en un pueblo leonés de la ruta jacobea. / I. M.
04 Camino de Santiago y Ruta de la Plata (España)
Siguiendo el rastro de estrellas de la Vía Láctea, peregrinos y viajeros procedentes de los confines de Europa han viajado durante siglos hasta el fin del mundo conocido, Finisterre, en la gallega Costa da Morte (España), en busca de la tumba del apóstol Santiago o, según algunos, la tumba del sol en el mar de los muertos. Cerca de 450 kilómetros -más de la mitad de su trazado en España por el Camino Francés, la ruta más frecuentada, discurren por Castilla y León (el tramo que yo he recorrido), donde la ruta jacobea enhebra algunas de sus etapas más sugerentes a su paso por las provincias de Burgos, Palencia y León. Espacios mágicos, como el monasterio de San Juan de Ortega, en Burgos, donde dos veces al año, coincidiendo con los equinoccios de primavera y otoño, un haz de luz penetra en el interior del templo para iluminar el capitel románico de la Anunciación; o como la Cruz de Ferro, en las montañas del norte de León, un lugar en el que, desde hace siglos, los peregrinos que se dirigen a Compostela depositan una piedra antes de adentrarse en los parajes del Bierzo. A su paso por la comunidad, el Camino ha dejado hitos del arte medieval y renacentista, como San Martín de Frómista (Palencia), las iglesias mudéjares de Sahagún (León), el hostal de San Marcos de León y los frescos románicos de la colegiata de San Isidoro, también en la capital leonesa.
Siguiendo el rastro de estrellas de la Vía Láctea, peregrinos y viajeros procedentes de los confines de Europa han viajado durante siglos hasta el fin del mundo conocido, Finisterre, en la gallega Costa da Morte (España), en busca de la tumba del apóstol Santiago o, según algunos, la tumba del sol en el mar de los muertos. Cerca de 450 kilómetros -más de la mitad de su trazado en España por el Camino Francés, la ruta más frecuentada, discurren por Castilla y León (el tramo que yo he recorrido), donde la ruta jacobea enhebra algunas de sus etapas más sugerentes a su paso por las provincias de Burgos, Palencia y León. Espacios mágicos, como el monasterio de San Juan de Ortega, en Burgos, donde dos veces al año, coincidiendo con los equinoccios de primavera y otoño, un haz de luz penetra en el interior del templo para iluminar el capitel románico de la Anunciación; o como la Cruz de Ferro, en las montañas del norte de León, un lugar en el que, desde hace siglos, los peregrinos que se dirigen a Compostela depositan una piedra antes de adentrarse en los parajes del Bierzo. A su paso por la comunidad, el Camino ha dejado hitos del arte medieval y renacentista, como San Martín de Frómista (Palencia), las iglesias mudéjares de Sahagún (León), el hostal de San Marcos de León y los frescos románicos de la colegiata de San Isidoro, también en la capital leonesa.
La otra gran ruta de comunicación que atraviesa, de sur a norte, la Península, la Vía de la Plata, tiene su origen en la calzada romana que unía Emérita Augusta, la actual Mérida, con Asturica Augusta, Astorga. La Vía de la Plata penetra en Castilla por las sierras de Béjar, para adentrarse en la dehesa salmantina y por Salamanca y Zamora hacia la comarca de la Maragatería, en León, donde enlaza con el Camino de Santiago. La impronta romana se sucede a lo largo de la calzada, donde se conservan tramos empedrados del pavimento original y numerosas piedras miliares, columnas de cantería labrada donde figuran inscripciones que aluden al emperador y a la distancia del recorrido.
Vadeando un río en el Kings Canyon, uno de los Parques Nacionales que atraviesa el Sendero del Macizo del Pacífico (PCT). / Aurelie Compte / PCT
05 Sendero del Macizo del Pacífico (Pacific Crest Trail, Estados Unidos)
Ya os hablé sobre él en mi post anterior, a raíz de la publicación del libro Salvaje, de Cheryl Strayed, que hoy me sirve de percha. Una ruta que recorre Estados Unidos desde el desierto de Mojave, en la frontera con México, hasta Canadá, por las cadenas de montañas de la costa oeste de Estados Unidos.
Senecios y lobelias gigantes en la vertiente congoleña del Ruwenzori. / I. M.
06 Macizo Ruwenzori (Uganda y República Democrática del Congo)
Las montañas de la Luna, "el lugar donde nace la lluvia", se eleva por encima de los 5.000 metros en la región africana de los Grandes Lagos, en la frontera entre Uganda y la República Democrática del Congo. Tras sus brumas perpetuas se oculta un mundo extraño y fascinante, alejado de los flujos turísticos: flores (lobelias y senecios) que alcanzan el porte de árboles, glaciares cubiertos de cenizas volcánicas y fantasmagóricos bosques lluviosos cubiertos de una esponja de musgo de más de un metro de espesor. La dura ascensión lleva un mínimo de cinco días y se puede realizar tanto por Uganda como por la República Democrática del Congo, aunque los problemas políticos en la zona han complicado mucho el viaje. La cordillera tiene su prolongación hacia el suroeste del lago Eduardo, en la cadena de volcanes del parque nacional de los Virunga, el hábitat de los últimos gorilas de montaña.
07 Camino Inca (Perú)
Además de los trenes turísticos que parten desde Cuzco, existe una forma diferente (y más sugerente) de llegar a Machu Picchu: a pie por el Camino Inca, un tramo de 40 kilómetros de la antigua red de calzadas que unía Cuzco con los confines del imperio inca. La ruta, para la que se requiere estar en buena forma, depara momentos emocionantes, como la vista de las ruinas de la ciudadela desde las alturas de Intipunku, la Puerta del Sol, después de tres días de dura caminata entre bosques de pluvisilva, riscos nevados y ruinas cubiertas de niebla y orquídeas.
El recorrido clásico se inicia en el kilómetro 88 de la línea férrea (existe una ruta más corta desde el 104) que parte de la estación de San Pedro de Cuzco hacia Machu Picchu, en un lugar conocido como Q'oriwayrachina (2.200 metros), a orillas del río Urubamba. Para acceder al camino hay que cruzar el puente colgante sobre el río Urubamba, registrarse en el puesto de control y pagar la cuota de acceso al Camino Inca y a las ruinas de Machu Picchu. El trayecto se puede completar en tres o cuatro días (aunque es una distancia relativamente corta, se trata de una caminata dura por desfiladeros y selvas de montañas, por puertos que superan los 4.200 metros).
08 Caminos de Trashumancia (España)
La decadencia de la ganadería trashumante hace cada vez más raro el sonido de las esquilas de las ovejas en los 125.000 kilómetros de vías pecuarias -cañadas, galianas, cordones, cuerdas, cabañiles, cordeles, veredas y coladas, como se denominan dependiendo de su anchura- por las que los pastores y sus animales se desplazaban en primavera hacia los pastos de verano o agostaderos, en las sierras norteñas, para regresar en otoño hacia el sur. Hoy, los grandes rebaños de merinos han sido reemplazados por senderistas, viajeros y amantes de la naturaleza que recorren estos caminos de la trashumancia, corredores naturales entre el norte y el sur de la Península en un paisaje punteado de majadas, chozos, pilones y abrevaderos, fincas de esquileo... que dan forma a un importante patrimonio cultural y etnográfico.
La decadencia de la ganadería trashumante hace cada vez más raro el sonido de las esquilas de las ovejas en los 125.000 kilómetros de vías pecuarias -cañadas, galianas, cordones, cuerdas, cabañiles, cordeles, veredas y coladas, como se denominan dependiendo de su anchura- por las que los pastores y sus animales se desplazaban en primavera hacia los pastos de verano o agostaderos, en las sierras norteñas, para regresar en otoño hacia el sur. Hoy, los grandes rebaños de merinos han sido reemplazados por senderistas, viajeros y amantes de la naturaleza que recorren estos caminos de la trashumancia, corredores naturales entre el norte y el sur de la Península en un paisaje punteado de majadas, chozos, pilones y abrevaderos, fincas de esquileo... que dan forma a un importante patrimonio cultural y etnográfico.
Circo de Soaso, en el Parque Nacional de Ordesa, en los Pirineos de Huesca. / I. M.
09 Sendero GR-7 (España) / Europeo E4
En España hay más de 20.000 kilómetros de senderos de Gran Recorrido (GR), itinerarios de más de 50 kilómetros, señalizados con trazos de pintura blanca y roja. Se puede encontrar información sobre ellos en la página de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada. Alguno supera los 6.000 kilómetros, como el GR-7 (Europeo E4), que arranca en el templo griego de Delfos, en el Peloponeso, y tras atravesar Bulgaria, Serbia, Croacia, Eslovenia, Italia, Francia, y Andorra, se desliza por la costa mediterránea hasta Tarifa (Cádiz). Esta red de sendas intercontinentales está en The European Ramblers’ Association (ERA), que agrupa a diversas federaciones nacionales y regionales de montaña por toda Europa.
10 National Trails (Reino Unido)
Una red que agrupa más de 4.000 kilómetros de senderos señalizados de largo recorrido en Inglaterra y Gales (Reino Unido). Rutas como la que atraviesa los páramos de Dartmoor. Un mapa interactivo permite seleccionar los itinerarios en función del tipo de paisaje y de la actividad --senderismo, caballos o bicicletas-- que se va a realizar. El muro de Adriano, una línea de defensa construida por las legiones romanas, atraviesa de costa a costa el norte de Inglaterra. La histórica vía discurre a lo largo de 140 kilómetros por algunos de los paisajes más sugerentes del Reino Unido, y se puede completar a pie en una semana o en 40 etapas cortas bien comunicadas por autobús con las poblaciones de la zona. A lo largo del recorrido existen bed and breakfast, pubs, cottages y granjas rurales que resuelven el hospedaje.
Una red que agrupa más de 4.000 kilómetros de senderos señalizados de largo recorrido en Inglaterra y Gales (Reino Unido). Rutas como la que atraviesa los páramos de Dartmoor. Un mapa interactivo permite seleccionar los itinerarios en función del tipo de paisaje y de la actividad --senderismo, caballos o bicicletas-- que se va a realizar. El muro de Adriano, una línea de defensa construida por las legiones romanas, atraviesa de costa a costa el norte de Inglaterra. La histórica vía discurre a lo largo de 140 kilómetros por algunos de los paisajes más sugerentes del Reino Unido, y se puede completar a pie en una semana o en 40 etapas cortas bien comunicadas por autobús con las poblaciones de la zona. A lo largo del recorrido existen bed and breakfast, pubs, cottages y granjas rurales que resuelven el hospedaje.