La aplicación Chroma Stories ofrece filtros y plantillas para crear contenido en Instagram, Snapchat y otras plataformas sociales.
Amy Gesenhues el 19 de febrero de 2020 a las 9:43 a.m.MÁS
Twitter adquirió Chroma Labs, la compañía detrás de la aplicación Chroma Stories, una herramienta de creación de videos y fotos de formato corto que ofrece plantillas y filtros para crear historias en varios sitios sociales.
Twitter confirmó que el equipo de Chroma Labs se unirá a los equipos de productos, diseño e ingeniería de Twitter. "Su experiencia en herramientas creativas que ayudan a las personas a conectarse y compartir se alinean completamente con nuestro trabajo para servir a la conversación pública", dijo el vicepresidente de diseño e investigación de Twitter Dantly Davis en un Tweet .
Por que nos importa
Las historias han existido por algún tiempo en Instagram, Facebook e incluso YouTube , después de que Snapchat las trajo a la vida. Inicialmente, el contenido de Stories fue un gran atractivo para los usuarios más jóvenes, pero ese ya no es el caso, ya que Stories ha ganado un gran atractivo en plataformas como Instagram y Facebook, y se ha convertido en una unidad de publicidad clave . Twitter es la única plataforma social importante que carecía de una función de narración efímera similar, pero es probable que eso cambie ahora que la compañía ha agregado el equipo de Chroma Labs a su grupo de productos.
Twitter dice que el equipo de Chroma Labs estará "trabajando para dar a las personas formas más creativas de expresarse en conversaciones en Twitter". Eso podría significar que una característica de Historias llegará a Twitter, o, al menos, herramientas más creativas para publicar contenido. De cualquier manera, los especialistas en marketing podrían obtener los beneficios de tener nuevas funciones creativas para animar su contenido de Twitter.
Más en las noticias
Según el sitio web de Chroma Labs , la compañía está cerrando su negocio de manera inmediata, pero la aplicación Chroma Stories seguirá funcionando para cualquier persona que la haya descargado hasta que haya un "cambio radical" en una futura actualización de iOS.
El cofundador de Chroma Labs, John Barnett, también desarrolló la función Instagram Boomerang.
Twitter no reveló ningún detalle financiero sobre la adquisición.
Alpina acaba de presentar Frutto Litteral. Se trata de una bebida 100% natural que viene en tres sabores diferentes. En términos técnicos, es una bebida que contiene una mezcla de jugo de frutas e infusiones aromáticas. Se asemejan a los batidos que las personas cercanas a la cultura fit, preparan todos los días. La diferencia es que viene envasada, tiene una vida útil de 90 días y no contiene aditivos ni saborizantes, ni nada que los colombianos de a pie podamos calificar de “químico”. Según Santiago Peláez, vicepresidente de mercadeo de Alpina, por eso se llama Litteral. Porque es lo que es, contiene lo que dice contener y no necesita una etiqueta con diseños llamativos ni una historia extraordinaria para contarlo.
La mezcla roja, por ejemplo, contiene aproximadamente el jugo de 6 fresas, 12 uvas, 1 cereza, tres cuartos de manzana y un cuarto de taza de infusión de cidrón. Y aunque hasta aquí pareciera que este artículo es solo una radiografía de producto, el lanzamiento de Frutto Litteral es relevante porque marca un hito en el mercado: un producto hecho con una tecnología diferente, que elimina aditivos y saborizantes, con un envase 100% reciclable y una marca dispuesta a apostar por él, sin importar que se se trate de un producto para un pequeño segmento del mercado. Por eso, aprovechamos el lanzamiento de Litteral para hablar con Santiago Peláez, vicepresidente de mercadeo de Alpina sobre innovación, tendencias de consumo y, pos supuesto, sostenibilidad.
¿De dónde salió la idea de Fruto Litteral? Es un producto que, a nuestro modo de ver, es complejo de entender para el consumidor colombiano.
Nosotros estamos trabajando mucho en mover la compañía hacia las nuevas tendencias de consumo; hacia ese consumidor que está buscando más naturalidad, menos azúcar. En ese proceso, implementamos una tecnología que nos permite producir este jugo con cero conservantes, sin azúcar adicionado y sin aditivos. Es un producto que, durante su envasado, se somete a un presión equivalente a estar sumergido unos 60 kilómetros debajo del mar. Esa presión hace que se elimine la marca microbiótica.
¿Es por eso que se llama Litteral?
Cuando analizábamos el producto, nos preguntamos por la historia creativa que le íbamos a desarrollar. En las discusiones creativas nos preguntábamos “¿qué hay que decirle al consumidor?” “Que es un producto 100% natural, literal. “Literal, que no tiene aditivos”. Así, vimos que la palabra más recurrente en la conversación era literal, literal, literal…. Concluimos que la campaña era el mismo producto. Por eso, pusimos la tabla nutricional de frente, al contrario de lo que se acostumbra en el mercado, porque, literal, eso es.
¿Cuál es el segmento de consumidor al que le apuntan?, ¿qué características tiene?
En bebidas, hemos encontrado que el consumidor está buscando naturalidad. Pero la naturalidad se entiende de manera diferente por diferentes personas. Hay un segmento de personas, para quienes se dirige Litteral, que está buscando productos 100% naturales. Nosotros aún no habíamos cubierto ese segmento. Son consumidores que también buscan etiquetas clean label, y productos cero azúcar, adicionada.
Usted menciona que se trata de un producto clean label. ¿Entonces, por qué envasarlo en plástico?
Es un producto envasado en PET. PET es el tipo de plástico que está más desarrollado en Colombia en ciclo cerrado de sostenibilidad. Eso quiere decir que ya existen plantas de procesamiento de PET, que ya están comprando el PET para reciclaje y las industrias ya tienen autorización de usar plástico reciclado para contacto con alimentos. Ese ciclo ya está totalmente cerrado. Por eso, es un empaque más sostenible que el carbón y que otro tipo de plástico. De hecho, es el empaque más sostenible que tenemos en Colombia.
A los recicladores ya les están pagando bien por recoger PET y tenemos industria desarrollada para transformarlo otra vez en materia prima. Solo necesitamos generar conciencia en el consumidor para que las botellas retornen.
¿Qué se puede hacer desde las marcas para reforzar el mensaje y lograr que el consumidor pase a la acción en el reciclaje?
Más que un reto de la marca, es un reto de la industria. Necesitamos generar conciencia. Para una industria, es más fácil migrar a materiales que tienen la percepción de ser más sostenibles y evitar el el esfuerzo correcto que es educar al consumidor. Si el consumidor no nos acompaña en el ciclo cerrado, no hay poder humano que haga esto realidad. Si me preguntan, esa conciencia todavía está por desarrollarse en el país. Y ese es un reto que no solo tiene Alpina, sino toda la industria
¿Cuál será la estrategia de distribución de Litteral?
Lo queremos segmentar. Digamos que la estrategia de Alpina, más que lanzar productos para todo el mundo, es ofrecer opciones a los distintos consumidores. Para lograr eso, hay que estar donde el consumidor los está buscando. Con Litteral vamos a estar en canal moderno, en supermercados, restaurantes y algunos superetes en los que está el target. Hoy, gracias a la tecnología, tenemos más información sobre dónde está el shopper. Entonces podemos segmentar supermercados. Litteral va a estar también en algunas droguerías de conveniencia. Sin embargo, no es un producto ni masivo ni para las tiendas.
¿Por qué desarrollar un producto tan pequeño, que no va a cambiar el share de la compañía?
Es una buena pregunta. Lo que pasa es que las compañías nos estamos enfrentando a un consumidor que cambió. No es que el consumidor haya pasado de un sitio a otro, de una categoría a otra, sino que se está segmentando y diversificando. Hoy en día, las tendencias no son absolutas. Por eso, cuando decimos que hay una tendencia de fitness o de menos azúcar, no significa que todos los consumidores las estén persiguiendo. Las tendencias están híper-segmentadas. Antes, cuando aparecía una tendencia y se desarrollaba durante diez años, como resultado terminaba moviendo masa grande de consumidores hacia una nueva forma de consumo. Eso ya no va a pasar. Hoy, tenemos una cantidad de micro-tendencias porque el consumidor quiere desarrollar su autenticidad.
Entonces, necesitamos darles mayor cantidad de opciones a los consumidores. Vamos a empezar a ver segmentos más pequeños. Nosotros le apostamos a los segmentos que creemos que pueden crecer. Nuestra meta es llegar casi al 100% consumidores, no con un solo producto, sino ofreciendo las opciones que ellos quisieran encontrar en la góndola.
¿Eso quiere decir que, en un futuro no muy lejano, las empresas tendrán el doble o el triple de categorías y de SKU, un portafolio, gigante de productos y referencias?
Ese es uno de los más grandes retos que están enfrentando las compañías de consumo masivo: se necesita que el consumidor tenga más opciones. Y aunque las compañías no pueden terminar con un número infinito de SKU, sí necesitan ser más eficientes. ¿Por qué? Si lo vemos desde la parte productiva, es mucho más eficiente hacer un bache largo de producción, por ejemplo, poner a una fábrica a hacer yogur de mora durante 5 días completos. Pero eso ya no se puede ejecutar así: necesitamos hacer el de mora, el de mora sin azúcar, el de mora fortalecido en vitaminas, etc. Hay un reto gigante para las compañías de ser mucho más eficientes en su proceso productivo.
Eso significa priorizar a qué segmentos les vamos a apostar y a cuáles no, porque si se siguen atomizando será imposible llegarles a todos. Las compañías debemos ser más rápidas y flexibles en la parte de la producción y operación logística. Ese es uno de los retos a los que nos estamos enfrentando.
En el caso de Litteral, ¿qué otros retos de producción han debido solucionar?
Más que un reto, destacaría el trabajo que hacemos con las madres cabeza de familia y las regiones productoras del país. La fruta con la que se produce Litteral se cultiva en Chinchiná (Caldas) y en el departamento del Cauca.
Hoy Alpina es el mayor comprador de fresa el país y, en ese proceso de comprar fresa, hemos ayudado a generar asociatividad en nuestras comunidades de influencia, porque uno de los retos que veíamos, es que la fruta se siembra en microcultivos. Siembras tan pequeñas que no tienen impacto para desarrollarse por sí solas. Lo que hicimos es trabajar con madres cabeza de familia, ayudarlas a asociarse y generar formalidad, apalancada en las compras que les hace Alpina. Eso no solo les está permitiendo tenernos como su mayor comprador, sino tener acceso a más mercado. Ya le están vendiendo a retailers de marcas conocidas. Con nosotros, tuvieron formalidad, educación y acompañamiento para crecer y abrirse al mercado. Lo hemos hecho con cultivadores de fresa, de mora y estamos incursionando con los de piña. Hasta ahora no habíamos comprado piña en el país, ahora la necesitamos porque es uno de los ingredientes de Litteral.
¿El yogur de piña existe en alguna parte del mundo?
Sí, Alpina lo tiene en Venezuela. ¡Y es campeón!
¿Pegaría en Colombia?
No sabemos. No lo hemos testeado.
¿Hay sabores que los colombianos no probaremos y hay otros que siempre queremos?
Siempre hemos sido un país de fresa, mora y melocotón. Sin embargo, en Alpina estamos evaluando la posibilidad de buscar sabores más regionales. Ese es un proyecto que apenas estamos testeando, pero que pudiera ser una posibilidad. Todavía no sabemos si nos vamos a ir por ese camino, aunque lo estamos explorando.
¿Con lácteos o con otro tipo de productos?
Con lácteos, pero por el momento todavía no sabemos si va a ser una realidad. Simplemente estamos testeando si el consumidor estaría dispuesto a probar otros sabores.
¿Cuál es la meta de distribución o de ventas de Litteral?
Más que masividad, queremos estar en los puntos exactos. No tenemos una meta muy grande de distribución ni queremos que esa sea la meta, ni para la fuerza de ventas ni para la compañía, sino que quisiéramos posicionar un concepto y poderle dar esa alternativa al consumidor. No estamos buscando volúmenes muy grandes, sino desarrollar conciencia y desarrollar ese consumidor que está migrando hacia la naturalidad.
lunes, 17 de febrero de 2020
GLOBAL IDEAS
El Mar de Frisia – Un biotopo entre la tierra y el agua
El Mar de Frisia es un biotopo único. Hay marismas en todo el mundo, siendo las del Mar de Frisia en el Mar del Norte las más grandes. Pero, ¿cómo funciona este ecosistema? ¿Y cómo le afecta el cambio climático?
Evelyn Berezin, la pionera de la computación que creó el primer procesador de texto.
Hoy en día puede parecer lo más sencillo del mundo escribir un texto en una computadora y corregir errores en segundos o cambiar una frase de lugar.
Pero hace medio siglo, en oficinas repletas de máquinas de escribir, nada de eso era posible.
Fue una pionera informática, aunque pocos conozcan su nombre, quien creó el primer sistema digital para escribir y editar texto.
Evelyn Berezin, quien falleció este mes en Nueva York a la edad de 93 años, es considerada la creadora del primer procesador de textos para ordenador.
Antes de eso, la ingeniera estadounidense había desarrollado el primer sistema de reservas de asientos de una aerolínea.
La enorme capacidad intelectual de Berezin era comparable a su inmensa determinación para crecer, en un mundo dominado por hombres.
Sistemas
Berezin nació en un barrio del Bronx en Nueva York en 1925.
El Museo de Historia de la Computación de Estados Unidos, con sede en California, reseña que gracias a una beca la joven estudió en la Universidad de Nueva York, donde se graduó en Física en 1945.
La ingeniera trabajó luego para empresas como Underwood Corportation y Teleregister, donde desarrolló de ordenadores diseñados exclusivamente para una tarea.
Además de un programa de reservas de billetes para United Airlines, Berezin creó por ejemplo calculadoras de trayectorias para el ejército y un sistema automatizado para la banca.
El sistema para United Airlines funcionó sin fallas durante 11 años.
A mediados de la década del 60, la ingeniera concluyó que sus oportunidades "serían muy limitadas si siempre trabajaba para otros", según relató en una entrevista grabada por el Museo de Historia de la Computación en 2014.
Berezin fundó su propia empresa en 1969 y la llamó Redactron Corporation. La compañía comenzó con nueve empleados pero no tardó en llegar a 500.
Fue en Redactron que la ingeniera tuvo la idea de usar ordenadores para escribir textos.
"El 6% de todos los empleados en Estados Unidos eran secretarias", afirmó Berezin.
"Cuando nosotros comenzamos, en 1968 y 1969, nadie tenía ordenadores de escritorio con un programa para procesar texto que pudieran utilizar las secretarias".
"Esos ordenadores parecen obvios ahora, pero no lo eran entonces".
En aquella época lo más parecido a un procesador de texto era un invento de IBM llamado MT-ST, una máquina de escribir con una cinta magnética, pero que no utilizaba chips o circuitos integrados de computadora.
"Sabíamos que nuestro sistema debía utilizar circuitos integrados, porque era la única forma de hacer nuestro ordenador lo suficientemente pequeño y barato", señaló Berezin.
"Nos quedamos horrorizados"
Crear el primer procesador de textos no fue nada fácil.
Berezin intentó comprar chips de la empresa Intel, pero ésta rechazó el pedido diciendo que estaba ocupada con órdenes de otros clientes.
La solución fue diseñar los circuitos integrados en la propia Redactron y encargar ese modelo a dos fabricantes.
Y hubo otras dificultades.
Cuando Redactron reunió a reporteros en un hotel de Nueva York para mostrar un prototipo del procesador, la máquina no funcionaba y comenzaron a volar chispas por todas partes.
En climas muy secos, el ordenador acumulaba electricidad estática y tenía problemas de funcionamiento.
"Nos quedamos horrorizados, era una día muy seco y los ingenieros estaban ensamblando la máquina para el gran evento", relató Berezin en la entrevista del Museo de Historia de la Computación.
Cuando aparecieron las primeras chispas, "Ed Wolf, el jefe de ingenieros, trajo un balde con agua y sin decir nada la tiró sobre la alfombra, que permaneció húmeda durante tres o cuatro horas".
"La máquina funcionó perfectamente".
"Me avergüenza"
El procesador de textos finalmente salió a la venta en 1971. Tenía el tamaño de un pequeño refrigerador y se llamaba "Data Secretary" o "Secretaria de datos".
Por primera vez era posible borrar párrafos enteros y corregir múltiples errores con facilidad.
La máquina también incluía herramientas que permitían copiar y pegar texto.
Sin embargo, el procesador tuvo un efecto inesperado para Berezin.
No era ya necesario dictar textos a las secretarias o utilizar sus habilidades de mecanografía.
El invento que pretendía solucionar la vida de las secretarias acabó eliminando el trabajo de muchas de ellas.
"Me avergüenza decir que nunca pensé en ello", señaló Berezin en una entrevista a The New York Times.
"No sabían reaccionar ante una mujer fuerte"
Berezin presidió Redactron hasta 1976, cuando vendió la compañía por problemas financieros a Burroughs Corporation.
Ese mismo año, la revista Business Week la incluyó entre las "100 mujeres más influyentes en el mundo de los negocios", la única que presidía una empresa tecnológica.
Tras vender su compañía, Berezin dirigió inicialmente una división de Burroughs Corporation, pero la colaboración tuvo corta vida.
"Yo no era uno de ellos. Les decía lo que pensaba, y ellos no sabían como reaccionar ante una mujer fuerte que no se quedaba callada", relató.
"Así que ellos se desconectaron y yo hice lo mismo".
El proceso para lograr una meta
Tras abandonar Burroughs en 1980, la ingeniera se dedicó a la consultoría en temas tecnológicos y creó un fondo de capital de riesgo para invertir en empresas emergentes.
Según confirmó uno de sus sobrinos a la prensa local, a Berezin le detectaron a principios de año un linfoma, pero ella rechazó recibir tratamiento médico.
Su marido durante 51 años, Israel Wilenitz, había fallecido en 2003.
En reconocimiento de su contribución a la computación Berezin fue nombrada en 2015 miembro del Museo de Historia de la Computación de Estados Unidos, "por su trabajo pionero en el diseño informático y toda una vida de empresaria".
Allí se exhibe un modelo de la "Secretaria de datos", en recuerdo de una mujer creativa y desafiante que quiso cambiar el mundo con la computación.
El museo recuerda en su sitio en internet una frase de Berezin:
"Lograr una meta da una satisfacción inmediata; el proceso de lograr una meta es un placer que no termina".
Cuando dicen que ser profesor en Colombia es cuestión de “amor a la causa”, lo dicen con toda razón.
Recuerdo cuando estaba a punto de salir del colegio y le preguntaban a uno qué profesión quería tener cuando grande. Si la respuesta era profesor, entonces la cara de decepción se pintaba en el rostro de la persona que preguntaba de inmediato. Hoy en día prevalece este prejuicio en la sociedad.
En ocasiones (no siempre por fortuna), cuando me presento como profesor de sostenibilidad y economía verde, en lugar de ser un imán de interés para iniciar una conversación, parece más bien que fuese un repelente de nuevas conversaciones.
Ser profesor en Colombia no parece ser un buen negocio, sino más bien una actividad de descarte para aquellos que no consiguen un trabajo soñado: Un pensamiento que está ahí circundando.
Si bien el conocimiento debería ser un bien de uso libre y no mercantilizado, la realidad es que alguien tiene que generarlo y difundirlo (investigadores y profesores) y por ello su trabajo, de vital importancia para la sociedad, debería ser reconocido de una mejor manera en términos económicos.
Los profesores en Colombia ganan poco, ya sea en el ámbito del colegio o en el universitario. El honorario promedio de una hora de clase en una universidad puede oscilar entre los $40.000 y los $180.000. No obstante, no es una función que se realice en una jornada completa, sino esporádica.
Trabajar de planta en la universidad puede generar mayor estabilidad, pero no necesariamente su remuneración es comparable con la de otras profesiones. Entonces, en medio de todo este contexto, ¿qué se puede hacer para mejorar la situación y el estatus de los docentes?
La educación en los tiempos de la practicidad, la experiencia y la inmediatez
Hoy en día se cuestiona el futuro de la educación tal y como la conocemos. Se hipotetiza sobre la desaparición de los docentes debido a que los niños y jóvenes logran aprender de manera diferente gracias a las nuevas dinámicas de interacción entre las personas y las nuevas tecnologías.
Se dogmatiza a los geeks y a los nerds que desde sus garajes construyen fortunas y se vende este estereotipo como algo que le aplica a todos, cuando más bien resultan ser contadas las excepciones que como éstas surgen en nuestra sociedad.
El error en cómo se transmiten estos modelos en donde la formación tradicional pierde legitimidad conlleva a que se generen nuevos paradigmas que a su vez, le restan valor a las actividades docentes.
Si bien es innegable que existe y es evidente un cambio en los modelos de docencia, estos no han madurado por completo y aún son necesarios los profesores en sistemas sociales como los nuestros (el caso colombiano). En otras palabras, el ser docente es una actividad que no ha muerto aún y hasta que esto no pase -si es que pasa- hay que valorarla mejor.
“Te sirve para darte a conocer”
Da risa o más bien tristeza, seguir escuchando cosas como: "Hay una tarifa diferente para el conferencista internacional” o “este evento te ayudará para darte a conocer".
Este es el reflejo de un pensamiento arcaico que todavía caracteriza nuestra sociedad en donde la generación del conocimiento local es algo que está muy poco valorado.
Que esto suceda, es un llamado a gritos para reivindicar la educación como instrumento de construcción social, y sobre todo, a aquella educación que se genera y se difunde de manera local.
Aplaudo a los expertos que llegan con miradas desde afuera a proponer el santo grial de la solución, pero me reviento las manos en aplausos por aquellos que logran comprender y proponer las microsoluciones locales debido al conocimiento que tienen sobre su contexto.
Este artículo que más bien pareciera un muro de los lamentos, responde a las conversaciones que sostengo con decenas de colegas (profesores) que me han escrito en los últimos meses y que exponen su interés por continuar realizando la loable labor de educar, pero que buscan y quieren seguir haciéndolo con mejores condiciones.
Esto es y debe ser así porque como bien lo he leído por ahí: “ser profesor no es un hobby, es una profesión en donde quien la ejerce también tiene deudas y sueños materiales por cumplir”.